Centro de Estudios Democracia y Progreso convoca a Conversatorio Virtual en torno a la “Respuesta de la Política Económica” a la crisis del Corona Virus
El miércoles 25 de marzo a través de una plataforma de reunión virtual, el Centro de Estudios Democracia y Progreso realizó un encuentro para reflexionar acerca del impacto de la pandemia COVID 19 en la economía mundial y local. A la cita se sumaron a su presidente, Guillermo Le Fort, su tesorero, Luis Felipe Cristi, su secretario, Luis Lizama, los socios Felipe del Río, Rodrigo Pablo, Álvaro Clarke y Jorge Tuñon; además de los invitados los ex Decanos de la FEN-UCH Joseph Ramos y Manuel Agosín y el ex Pdte. De Corfo, Felipe Sandoval.
La convocatoria virtual, para analizar y reflexionar sobre las políticas anunciadas por el Gobierno en apoyo de las personas y del empleo frente a la crisis del Coronavirus, fue realizada en consideración a una inevitable e inminente recesión mundial y local que provocará la actual pandemia. “La economía chilena está sufriendo un impacto triple ya que hay tres elementos significativos que están trancando su funcionamiento y dando origen a una recesión, sobre la cual hoy se discute si será con forma de V o de U, esto son la guerra comercial entre USA y China, los efectos del estallido social, y el efecto del pandemia del Corona virus en la economía nacional y nacional”, señaló el presidente del Centro, Guillermo Le Fort en la introducción del encuentro.
En su análisis inicial el economista y ex Director Ejecutivo del FMI, se refirió al impacto del estallido social iniciado el 18 de octubre pasado sobre la vulnerabilidad de las empresas, particularmente pequeñas y medianas, sumado al shock proveniente del exterior. “Acá creo que tiene dos elementos que es necesario tomar en consideración. Uno es el Coronavirus que es el más intenso con la detención de la actividad generada por la reacción de la gente que trata de evitar el contagio y las necesarias medidas que tiene que tomar la autoridad sanitaria para aplanar la curva de contagio. Y el segundo, con los efectos del problema comercial entre EEUU y China y el rompimiento de las cadenas de valor que está generando efectos actualmente, máxime cuando las relaciones entre ambos no dan muchas esperanzas para que este asunto se solucione, lo que se ve con las peleas a propósito de los orígenes del COVID 19”, indicó.
Ante este escenario, Le Fort planteó que los análisis presentan una película bastante oscura, con una recesión para la economía global que podría ser incluso más profunda que la del 2008 y 2009. “Y para la economía chilena creo que también la recesión se dará en forma más profunda porque además del shock externo, tenemos problemas políticos, una cierta debilidad institucional y una capacidad acuerdos, de respuesta y de herramientas menor que la que teníamos para la crisis sub-prime”, agregó.
El presidente del Centro también dio su impresión sobre las respuestas que se están dando para paliar los efectos en nuestra economía y el empleo. “Todo lo que se está intentando en materia fiscal con transferencias y gastos, creo que pueden ayudar a evitar que los efectos de este choque se hagan más permanentes, pero creo que ello no será capaz de compensar el trancón de la actividad relacionada a las medidas adoptadas para frenar el contagio. Es decir, no habrá ningún efecto compensador mientras las restricciones a la actividad y movimiento de las personas sigan siendo muy amplias y generalizadas, solo así la economía puede volver a funcionar con algún grado de normalidad”.
Sobre la política monetaria Le Fort señaló que le parecía adecuada y que la reducción de tasas se justificaba. “Creo sin embargo que la política monetaria tiene aún espacio para seguir empujando con tasas más bajas. Pero creo que el asunto que más preocupa son los canales comunicantes del crédito, es decir, cómo es que el crédito llega a todos los rincones que debe llegar, particularmente a las pymes, personas y empresas de mayor tamaño que están en los sectores más complicados. Y ahí debe haber un espacio para políticas más audaces y novedosas que las que se emplean tradicionalmente, de tal manera que una vez que se supere la emergencia sanitaria en lo más duro, la economía esté en condiciones de volver a funcionar con algún grado de normalidad e iniciar una recuperación. Creo que ahí nos jugamos una diferencia entre una forma de V o de U que tenga la recesión. A mi juicio la recesión es ya un hecho y nos va a afectar el 2do y 3er trimestre de este año y si no más, si no logramos algún grado de normalidad en el funcionamiento en los próximos 2 a 3 meses y se toman las medidas para evitar quiebras generalizadas”, indicó.
En su intervención, Le Fort indicó que el impacto de la crisis sobre el PIB dependerá de la reacción que tengamos para tratar de mantener la continuidad operativa de las empresas y sectores. “Creo que habrá ciertos sectores que no serán tan afectados y que podrán seguir funcionando. Mi predicción es que en los próximos trimestres – 2do y 3ro – tendremos caídas del PIB chileno del orden del 6 y 7 %, pero creo que es posible buscar maneras de diseñar planes de contingencia que permitan, por una parte, enfrentar el contagio y limitar su difusión, pero además limitar los efectos sobre al menos algunos sectores de la economía, esto por medio del teletrabajo por ejemplo, con cuarentenas limitadas a ciertas áreas, o como lo están haciendo en otras por medio de grupos de trabajo en células separadas unas de otras para que cuando haya contagio, no sea toda la empresa que tenga que entrar en cuarentena”.
Agregó que el mundo ya ha vivido choques como este, con la gripe española de 1918, pero hoy tenemos ciertas ventajas que nos ayudarán en la recuperación. “Tenemos mejor tecnología para vacunas y tratamientos; también mejores comunicaciones que permiten coordinar acciones para tener una respuesta racional y ordenada, evitando el pánico y la destrucción del tejido social y de la economía”, dijo.
Sobre algunos mecanismos e instrumentos de apoyo a las empresas, Guillermo Le Fort indicó que las empresas pequeñas necesitarán un gran apoyo crediticio a través de mecanismos del Estado que son utilizados generalmente y que tendrán que ampliarse, como son las garantías, Corfo, entre otras, que apoyan la labor de la banca para permitir la continuidad operativa para los flujos de caja. “Respecto de las empresas grandes, mi gran preocupación es que no podemos rescatar a los dueños sino a la empresa. Hay que hacer lo necesario para que la empresa siga funcionando, tal vez a través de garantías que pueden implicar el traspaso de la institución a poder del Estado si es que los créditos así garantizados no puedan ser efectivamente pagados, con la idea de que lo que estamos tratando de hacer es evitar el colapso de la actividad productiva y mantener a las instituciones funcionando”.
Frente a estos planteamientos el economista Manuel Agosín señaló que, según su análisis, sería poco en pensar en una recesión. “Creo que es más una depresión que una recesión. De acuerdo al Financial Times, en el mundo desarrollado se está esperando una caída del 10 al 20 % del producto, lo que sería muy parecido a lo que ocurrió en la depresión del año 30. Así creo que la situación es más seria y el Gobierno va a tener que ser mucho más proactivo y tendrá que entrar a ayudar a grandes empresas y no solo a las pequeñas, le guste o no, porque no se trata de rescatar gente sino de rescatar a todos los que trabajan en esas empresas y a todo el encadenamiento productivo que se da alrededor de cada empresa grande”, subrayó.
A su análisis agregó el relevante factor de la deuda externa del sector privado. “Las cifras hablan del 60% del PIB y ahora sin ventas y sin exportaciones no habrá forma de que esas deudas se paguen, por lo que tendrán que ser renegociadas o extendidas. Y una manera, es por medio de una garantía estatal para el endeudamiento de empresas con mercados financieros internacionales. Otra forma seria una emisión de acciones por cada una de esas firmas, acciones que se darían a cambio de apoyo estatal y donde probablemente el Gobierno tendría que acudir al FMI, el cual ya está activando facilidades para este problema mundial”.
Concuerda que el salvataje es a las empresas y no a los dueños. “Cualquier acción del Estado con garantías o aportando capital a cambio de acciones preferenciales, con deuda subordinada, etc. va a diluir el control de los actuales dueños. Pero a mí me preocupan las señales que da el Gobierno. Se nota una especie de animadversión hacia las empresas grandes o por lo menos un temor de que no vayan a aparecer apoyándolas. Creo que es un error y creo que el Gobierno tendría que salir a decir que ´vamos a apoyar empresas y no necesariamente a los dueños´, porque la economía debe seguir funcionando, especialmente que ahora el FMI está dando la facilidad para poder enfrentar estos problemas”, planteó.
Coincidiendo con el desalentador panorama recesivo mundial, Álvaro Clarke, indicó que a ella hay que agregar un elemento adicional relevante para el campo de acción en el ámbito de las políticas públicas. “Evidentemente que esta es una situación muy complicada, con mucha desinformación y con un elemento de riesgo adicional y que tiene que ver con que no se conoce cuál será el comportamiento futuro de las poblaciones afectadas por el virus. Tampoco se sabe cuánto durará la pandemia, si 3 o 6 meses o que podría resurgir después. Además, todavía no hay una vacuna que la trate. Entonces cuando se hacen las predicciones hay una gran variabilidad de acuerdo a los distintos escenarios que esto pueda tener. Por lo que lo más probable es que en las próximas semanas se profundicen las cifras negativas a medida que vaya evolucionando esta pandemia”.
Otro elemento que debe tenerse presente en el ámbito de política pública agregó, es que hoy debemos preguntarnos quien puede asumir los riesgos que hoy día se están dando en los distintos niveles, como empresas o consumidores, los gobiernos, etc. “Y ahí hay solamente dos agentes que hoy pueden asumir este riesgo, y que dependen de la capacidad de solvencia en el caso de las empresas. Creo que los grandes grupos económicos podrán resolver bien sus problemas, pero hay otras empresas que no tienen un tercero que asuma el riesgo por ellas, como es el caso de LATAM. Pongo este ejemplo que es una empresa grande que probablemente tiene viabilidad a largo plazo, pero junto con ella hay un montón de empresas pequeñas que no son fáciles de identificar que también tienen viabilidad a largo plazo, porque las empresas son sistemas complejos, no son sólo una suma de activos, sino que son además, activos intangibles, como información, know how, etc. Ellas deben contar con una acción activa del Estado, pero que requiere de un diseño de política pública para saber cómo se canalizará esto, ya que no es un tema fácil y requiere de reconceptualizar el rol del Estado respecto a lo que hemos estado acostumbrados en los últimos 20 años”, aclaró.
En la misma línea, Felipe Sandoval también señaló que el Estado debiera hacer el máximo esfuerzo para salvar a los más viables a través de algún mecanismo de mercado, de modo que al mismo tiempo que se atienda a los trabajadores se atienda el tema de la liquidez de las empresas para que cumpla con sus compromisos. Esto por medio de algún subsidio estatal para asumir el costo financiero de postergar deudas por parte de las empresas y que les ayude a pasar la crisis”.
Sumado a ello, Sandoval también puso énfasis en las grandes empresas. “Para este caso debiera haber dos tipos de miradas, una definida sobre cual el Estado considera estratégicas y apoyarlas directamente, y otra mediante un mecanismo que pueda definirse vía mercado sobre cuales deben salvarse según algún mecanismo de garantía, por ejemplo. En esto me parece bien la formula planteada por Velasco, donde el Estado a través de una garantía o un crédito, apoya a la empresa y se hace parte de la empresa por un periodo de tiempo”.
Felipe Sandoval agregó que, hay que prepararse para lo peor por lo que habló de la necesidad de un acuerdo político de amplio espectro. “Es insustituible el rol que tendrá el Estado. Sin el apoyo de éste, los que podrán salvarse serán los grandes grupos económicos. Y como los recursos son limitados, debiera haber un apoyo más transversal entre el Gobierno y partidos políticos de la concertación. Y ojalá, se sumaran el Pc y FA, pero basta una mayoría importante para poder sacar un plan económico de apoyo, con los recursos que hay y salvar lo máximo posible para que esto se asemeje a una V y no a una U”, subrayó.
El abogado Luis Lizama, hizo hincapié en las fórmulas planteadas por el Gobierno para el complejo escenario de empresas para cumplir con el pago de remuneraciones, a través del cobro del seguro de cesantía. “Pero el mercado informal en Chile hoy es del 30% , o sea hay un porcentaje relevante de la población que no tiene cobertura de seguridad social, que no trabaja como dependiente en términos formales y no va a poder acceder a estos beneficios, y son trabajadores que están endeudados y que una reducción de remuneraciones en forma tan brutal, tendrá un impacto mayor que podría provocar un estallido social con bastante más significación de lo que hemos tenido, con más razones y justificación en la medida en que efectivamente no nos hagamos cargo de esa realidad”.
En su exposición, Felipe del Río también enfatizó el importante rol del Estado en la salida de esta crisis especialmente para con aquellas empresas con significación para el país como LATAM o Codelco y también con la banca que se verá aproblemada con la falta de pago de sus clientes, en donde podrá capitalizar vía capitalismo popular, por ejemplo, indicó.
En este escenario, Del Rio indicó que afortunadamente muchas de las empresas en Chile han salido al exterior y diversificado sus inversiones. “Lo que pasa en otros países no es necesariamente lo que pasa acá en Chile, no son las mismas políticas, y podría ser una ventaja para muchas empresas chilenas grandes”.
Felipe Cristi, también hizo un llamado a poner la vista en aquellos segmentos del mercado informal, porque si la tasa es tan alta y la solución a través del seguro de cesantía no es para ello, podríamos enfrentar un escenario desde el punto de vista social y político sumamente complejo.
Complementando lo anterior, se refirió a como la crisis sanitaria postergó el tema del estallido social. “Pero esperamos que en algún minuto la crisis sanitaria se resuelva y ahí vamos a enfrentar dos problemas. Uno, la reconstrucción de la economía y dos, la crisis social que se volverá a manifestar”.
Respecto del rol del Banco Central planteó que es importante que los recursos lleguen a donde deban llegar y no sean devueltos al Central, via depósitos, si es que hubiese liquidez. “Y eso dependerá no solo de la capacidad de contactar clientes por parte del banco sino del tipo de restricciones que este pueda poner para resguardar su riesgo, debe existir flexibilidad, asumir un mayor riesgo, y prontitud en la respuesta, exigiendo a la Banca procesos de resolución rápidos. Por último indicó que frente a una eventual participación del Estado en la propiedad de algunas empresas, debe existir, además, un examen del comportamiento de Directores y Ejecutivos de esas empresas”.
Por su parte Jorge Tuñon, declaró no estar tan pesimista puesto que hay diferencia en cómo se han visto afectados un rubro y otro. “Los agricultores en este minuto y todos los que viven del dólar no lo están pasando muy mal, y el rubro de la tecnología tampoco. Y cuando esto se acabe veremos la realidad. Tenemos todos en el horizonte unos 3 meses promedio y me parecen bien las medidas progresivas del Gobierno, porque no es lo mismo estar a un tercio de la capacidad que a cero de capacidad, porque hay que ir manejando los sistemas públicos de atención y tratar de generar algo de producción”.
Por otra parte, indicó que otras de las razones que lo hacían estar un poco más optimista, es el comportamiento de la banca. “Me parece que los bancos en Chile han aprendido harto después de la crisis asiática y con la del 2009. Tengo la impresión, que los bancos en Chile han aprendido las lecciones y están dando algunos ejemplos de ello. Nunca los vimos en el pasado ponerse con nada y hoy están empezando a reaccionar y a darse cuenta de que tampoco les irá muy bien si no apoyan.”
En referencia a las “pospuestas” demandas sociales a raíz de la crisis sanitaria, Tuñón planteó que, probablemente al terminar la crisis sanitaria, Chile terminará siendo un país más pobre luego de la pandemia, esto puede ser tomado como una oportunidad para tratar de devolverle el valor a la gratitud. “Me parece increíble que el director de la JUNAEB tenga que salir a dar explicaciones en televisión. Ellos se reinventaron para dar alimentación y salvar la pega a 300 mil manipuladoras de alimentos, distribuyendo los insumos con cajas a través de los colegios de Arica a Punta Arenas. Pero en vez de felicitarlo por la pega que hizo, le reclaman porque el embalaje no era el adecuado. Con ello el mensaje que le damos a la sociedad es que nadie agradece nada y que se merece todo. Sin mirar para atrás y ver que hay una institución completa trabajando en algo que no es su pega. Y lo que pasa es que en Chile te revienten por el 0.1% de los errores y crea el incentivo de que es mejor no hacerlas. Creo que si logramos devolver la gratitud a las cosas que lo merecen, podemos tratar de construir un país un poco mejor”, concluyó.