Conversatorio virtual: análisis político del gobierno de la Unidad Popular
- El 4 de septiembre de 1970 triunfa Salvador Allende en las elecciones presidenciales del país. A 50 años de esa fecha, el Centro de Estudios Democracia y Progreso y el movimiento Progresismo con Progreso se reúnen para realizar un análisis del gobierno de la Unidad Popular, en un ciclo de 4 jornadas virtuales desarrolladas en forma conjunta con El Dínamo. El siguiente es un resumen de lo que fuera la primera jornada realizada el sábado 15 de agosto con la participación de la ex ministra de Educación Mariana Aylwin Oyarzún y del profesor de literatura y analista político, Sergio Muñoz Riveros. Moderó el encuentro el economista Hugo Lavados.
El ciclo de seminarios conmemorativos tiene como finalidad realizar un diagnóstico de una etapa relevante de la historia de Chile, que no ha sido explorada en profundidad, y que de cuenta del contexto en el cual asume la presidencia Salvador Allende, de las causas que llevaron al fracaso de dicho gobierno, de los efectos y consecuencias futuras que ha tenido para desarrollo futuro del país como de los ejemplos que pueden observarse teniendo en consideración el actual momento que vive Chile.
La primera exposición correspondió al profesor de Literatura, escritor, columnista y analista político Sergio Muñoz Riveros, quien en su introducción realizó una descripción del contexto pre-UP, cuando el bloque triunfador de las elecciones del ´70 – conformada por el PS, PC, PR y MAPU – debutó en sociedad al ganar las elecciones de la FECH en noviembre de 1969, terminando al mismo tiempo con un largo dominio de la DC. “En diciembre del ´69 se elaboró el programa de la UP y acá hay un primer dato llamativo. Primero se elaboró un programa antes de tener un candidato y se suponía que el candidato que se eligiera tenía que adherir al programa. Y en el intertanto cada integrante de la UP designó su propio precandidato: Alberto Baltra por el PR, Jacques Chonchol que había jugado un papel muy importante en el proceso de reforma agraria en el gobierno del Presidente Frei Montalva; Pablo Neruda candidato por el PC; Rafel Tarud por API y Salvador Allende que había sido candidato tres veces antes. Llamativo es que también Salvador Allende fue designado candidato por su partido por una votación del comité central en que obtuvo 12 votos y hubo 13 abstenciones”.
Agregó, que luego de una campaña muy intensa, Allende gana con un resultado muy estrecho, resultando elegido con un 36,2 %, por sobre Jorge Alessandri quien obtuvo un 34,9% y Radomiro Tomic de la DC con un 27,8%. “En la celebración, Allende hizo un discurso moderado. Recuerdo que hizo especial énfasis a sus partidarios de volver tranquilo a sus casas. No debe romperse ni un solo vidrio esta noche”, dijo.
En su relato, habla de los convulsionados días posteriores en el país, que incluyó el asesinato por parte de grupos de ultraderecha del Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider y de cuando finalmente el Presidente Allende asume la presidencia en noviembre de ese año, con acuerdo de la DC. “Allí se inicia un proceso que no termina de ser analizado y estudiado, pero sobre el cual ha faltado análisis particularmente de la izquierda”, comenta.
El expositor reiteró la necesidad de ahondar en ese proceso y de hacer memoria en todo lo vivido con posterioridad al Golpe de Estado para extraer lecciones duraderas de lo vivido, que sirva especialmente a los jóvenes de hoy que mantienen una visión idealizada de la UP. “Tenemos que ser capaces de examinar las causas de este desastre. De enfrentar la historia sin coartadas. Eso implica creo, un esfuerzo para que las filiaciones ideológicas o políticas no adormezcan la capacidad reflexiva”, dijo.
Parte del análisis de Sergio Muñoz, incluyó cómo de un Chile que en los ´60 había logrado consolidar una institucionalidad democrática y que avanzaba hacia una posición destacada en América Latina, marchó hacia el desastre, en gran medida por la oposición del Partido Socialista de trabajar en colaboración según el Pacto de Garantías democráticas pactado con la DC y en su camino por instaurar un sistema socialista según el modelo marxista. “Entre 1964 y 1970, el Presidente Frei lideró un gobierno reformista que logró significativos avances económicos y sociales, pese a que debió enfrentar dos frentes de oposición, uno de derecha y uno de izquierda. El país creció en el sexenio democratacristiano y amplios sectores bajos y medios, mejoraron sus condiciones de vida, entre ellos los obreros agrícolas. Chile no estaba en crisis en 1970. Las libertades se habían afianzado y no había espacio para el golpismo. Las elecciones de 1970 se desarrollaron con amplias garantías. El pacto o acuerdo de garantías constitucionales entre la UP y la DC hizo pensar a algunas personas que se abría la posibilidad de un camino de colaboración en el gobierno. Incluso se sabe que hubo dirigentes democratacristianos que ofrecieron en la primera etapa al Presidente Allende su colaboración. Pero eso no fructificó en gran medida por la oposición del partido socialista”.
El orador agregó que la única transformación impulsada por Allende y que consiguió apoyo transversal fue la nacionalización del cobre que fue negociada por la oposición y aprobada por la unanimidad del Congreso. “Allende tuvo entonces la oportunidad de consolidar ese cambio, de generar otros escenarios, de buscar otros acuerdos en todo lo demás, respecto de las condiciones de la propiedad en la industria o en el campo. No lo hizo. Con poca conciencia de los límites, Allende avaló la línea dogmática y rupturista de los responsables del área económica”, explicó.
Sergio Muñoz realizó además una vinculación de la intervención extranjera en el período, más allá de la norteamericana, y se materializó con la injerencia de Cuba y Castro en Chile. “La intervención norteamericana esta investigada, documentada por el propio senado de los EEUU. Ese fue el adversario declarado. El gobierno de Nixon dejó muy claro que consideraba al gobierno Allende, de la izquierda, como un adversario, contra el cual había que emplear todos los recursos posibles. Pero hubo otro tipo de injerencia. Aparentemente amistosa, solidaria. Los hechos demostraron que esta injerencia – a la cual se le abrió las puertas por desgracia y que fue la presión de Fidel Castro, la presión cubana – tuvo efectos desastrosos para la suerte del Presidente Allende. ¿Cómo se explica esto? Allende no fue en su historia política un doctrinario, un extremista, nada de eso. Su talante y su discurso más bien era la de un socialdemócrata. Sin embargo, en los años 60 el impacto de la revolución cubana – digo revolución cubana porque después de 60 años de dictadura no puedo llamar revolución a esto, ¿verdad? – influyó mucho en la manera de actuar de Salvador Allende. Fue un opositor implacable al gobierno de Frei Montalva y luego se confundió mucho estando en la Moneda”, relató.
Muñoz explica que ya el año ´72 los estragos estaban a la vista y que el Golpe de Estado y la tragedia que vino después no nació de un día para otro. Por lo que indicó sería muy saludable realizar un debate profundo y franco sobre las causas de la catástrofe vivida y sacar conclusiones del caso en este aniversario. “Todos los mayores recordamos aquel periodo agudo de desabastecimiento de muchos productos de primera necesidad, mercado negro, caos en las empresas intervenidas, inflación desatada. El gobierno fue sumando para su desgracia, enemigos por todos lados y provocando odios muy intensos entre los afectados por los cambios. Los agricultores, los industriales, los comerciantes, etc. Lo que vino luego, fue el acelerado debilitamiento de las instituciones y se podría decir que el proyecto mismo de la Unidad Popular se agota a fines de 1972, luego del paro de octubre que estremeció al país”.
Consultado sobre ¿cuál fue el origen del programa de la Up y las fuerzas que confluyeron para estructurar ese programa?, el charlista opinó que este fue elaborado en un matriz ideológica equivocada inspirada en un modelo socialista que fracasó. “Si a Mí me preguntan cuál fue el error principal, fue el haber concebido un proyecto como ese”, insistió.
Sobre la buena imagen que existe del gobierno de la UP en muchos círculos internacionales y de alguna manera semejante a lo que pasa con los grupos más jóvenes chilenos, el expositor respondió sobre la raíz de romántico recuerdo. “La dictadura y el pinochetismo fueron tan terribles que hicieron olvidar las dificultadas que había tenido el país antes y lo que había representado el gobierno del Presidente Allende. Pero hay que hacer una distinción importante. El Presidente Allende puede ser criticado por muchas razones y por muchos motivos. Se equivocó francamente de cual debía ser su papel en esa etapa en esa encrucijada y no resistió las presiones que se ejercieron sobre él desde muy cerca, pero no fue un dictador”.
En la misma línea, Mariana Aylwin reflexionó acerca de la importancia de la fecha como una oportunidad para pensar con profundidad sobre el actual momento y el futuro del país, aludiendo a uno de los slogans que circulan ante el aniversario del 4 de septiembre. “El slogan dice ´Un pasado cargado de futuro´, y yo me pregunto si ¿es ese el futuro que queremos para Chile? Uno podría decir queremos un futuro donde haya valores de justicia social, de solidaridad, valores de un desarrollo equitativo para todos los chilenos. Un desarrollo más bien inclusivo donde todos estén incluidos. Valores que representó el mundo de la Unidad Popular, pero no solo el mundo de la UP. Yo creo que había un amplio sector en la sociedad que anhelaba y que luchaba por la justicia social, por una sociedad más igualitaria, como fue el gobierno de Frei Montalva y lo represento también la DC”, señaló.
Dentro de esta idea, la ex Ministra de Educación y actual presidenta de @PCP preguntó ¿Por qué fracasó el gobierno de la Unidad Popular? “En esta sociedad un poco binaria, en la cual estamos viviendo, tendemos como a buscar a los responsables de quienes fueron los culpables respecto de que el gobierno de la UP fracasara. Y es un fracaso obviamente terminar con un golpe de estado. Y entonces uno se podría preguntar o simplificar diciendo que había unos buenos que querían luchar por el pueblo y por la justicia, y generar una sociedad socialista e igualitaria y había otros que defendieron sus intereses apoyados por EEUU y que terminaron llamando a las FFAA y con una dictadura militar”.
Así, la expositora avanzó en un análisis, con la necesidad de preguntar más allá de lo simple como ¿Qué pasó dentro de la UP? ¿Qué pasó con el propio Salvador Allende para haber llegado a una situación así? Y ¿cuál era el contexto en que esto sucedía? El primer factor relevante que planteó fue el escaso margen con que ganara las elecciones Salvador Allende y la ideologizada sociedad en la que vivía.
Prosiguió su relato, agregando a la creciente polarización de la sociedad influida por el tiempo de Guerra Fría, el factor de violencia que se vivía, el que era impulsado tanto por grupos de extrema derecha como de izquierda, que finalmente terminarían coartando las libertades democráticas en Chile.
Consultada acerca de ¿Cuál cree que son las fuerzas que mueven una creciente polarización que también estamos viendo hoy día en nuestra sociedad?, la expositora planteó que a diferencia de lo que sucedía en ese tiempo con la disyuntiva entre socialismo o capitalismo, hoy la gran motivación de un sector de la sociedad es el no al neoliberalismo, pero sin claridad sobre lo que se quiere construir.
Mariana Aylwin agregó un segundo factor al fracaso de la Unidad Popular, el cual según sus palabras fue la ambigüedad de Origen, la cual en los discursos oficiales se reiteraba la línea democrática en los hechos ocurría otra cosa, señaló. “Esta sería una revolución con sabor a vino tinto y empanada, y es bien interesante esa metáfora porque vino tinto y empanadas en el fondo, lo que hacía era decir: ´respetando la tradición democrática chilena. Una tradición que era fuerte, a pesar de que era una democracia mucho más restringida, era una tradición fuerte, y por lo tanto se iba a hacer en democracia. Era una revolución en democracia. Pero al mismo tiempo, especialmente en el PS pero también el MIR ya se había asumido la tesis ´Que la violencia revolucionaria era inevitable y la única vía para la toma del poder total´”, explicó.
La expositora indicó que un tercer factor fue la búsqueda del poder total. “O sea, creo que el gran tema fue que las transformaciones no se hicieron por la vía democrática. Recuerdo y leí en textos de mi padre también, que la DC estaba bien intencionada en discutir en el Congreso los proyectos de nacionalización de la banca, estatización de las empresas, ampliación de la reforma agraria y también la nacionalización del cobre”, señaló Mariana agregando que lo que sucedió fue que la DC se quedó esperando.
Mariana Aylwin alude al rol de los partidos políticos del bloque de la UP, como los principales opositores a que estos proyectos funcionaran institucionalmente a nivel de Congreso y como actores que debilitaron el papel de Allende como gobernante y autoridad que encauzara el proceso vía democrática. “Quiero decir también que hay un tercer factor que me parece muy relevante y es la forma en que operó el gobierno de Allende. Y como dijo Sergio, a Allende le costó ser el candidato presidencial y para ser el candidato presidencial, tuvo que suscribir el programa de la UP que estaba hecho antes, pero además el asumió un compromiso con los partidos políticos, sobre que no iba a saltarse a los comités de la Unidad Popular”.
Así, el creciente sectarismo e intolerancia, comenzó a generar una brecha entre la DC y la UP en las bases, comentó Mariana Aylwin, a lo cual agregó que el gran problema que fue suscitándose, fue la pérdida del valor de la democracia, a pesar de la fuerte tradición democrática que tenía el país y que finalmente finalizó con un Golpe de Estado.
En parte de la ronda de preguntas, Sergio Muñoz indicó que algo que ha conspirado en el aprendizaje de la experiencia de la UP y posterior etapa de la vida de Chile, es el hecho de que en el mundo de la izquierda ha durado mucho tiempo la coacción moral respecto del análisis crítico de la experiencia respecto del gobierno de la UP. “Por lo tanto, se cree que interpretar los reparos a la gestión de Allende y de la izquierda, es una ofensa a la memoria de las víctimas de la dictadura. Y lo que yo creo es que lo que ofende a las víctimas de la dictadura es tapar las verdades incómodas. Convertir en tabú lo ocurrido en aquella época con el argumento de que reconocer los errores es darle la razón a Pinochet”.
A ambos expositores se les consultó sobre algunos puntos de semejanza entre lo que ocurrió en esa época con la actual, principalmente con la realidad de partidos políticos fragmentados y de una creciente polarización. Frente a ello, Mariana Aylwin consideró que, si bien son sociedades distintas, sí existen ciertas similitudes, como la polarización. “En la sociedad chilena en los 60 y 70 los que estaban polarizados eran las elites, principalmente del mundo político. Pero finalmente, ello terminó en la sociedad dividida en las salas de clase y en las familias. Y a esa polarización creo que hay que tenerle respeto. O sea, tenemos que pararla antes de que se produzca la polarización de toda la sociedad. En segundo lugar, creo que esta tendencia creciente en el Congreso y no solo allí, de saltarse las reglas del juego democrático. También es algo incipiente, un camino que nos lleva a una crisis de la democracia. Por lo tanto, a mí me parece importante que se haga este proceso constituyente y tener una legitimidad del sistema político, del sistema de formas de convivencia del país. Porque hoy día también, ya que además hay una desvalorización de la democracia. Y especialmente los jóvenes”, indicó.
Sergio Muñoz agregó a dicho planteamiento que pensaba que más allá de que fueran pocos o muchos partidos políticos, lo relevante era el compromiso que se tuviera con la democracia. “Yo creo que ese es el asunto fundamental. Y la violencia rompe la democracia, y creo que una de las peores herencias del 18 octubre, es esta condescendencia e indulgencia frente a la violencia, a actos de destrucción y de pillaje, que partieron el 18 de octubre y no espontáneamente, se han ido conociendo antecedentes de acá hubo planificación, coordinación y muchos recursos. Hubo gente dedicada a la destrucción”.
Mariana Aylwin sumó su opinión al planteamiento sobre la violencia, indicando que era necesario atajarla a tiempo. “Porque en la época de la UP eso se escapó y tuvimos en Chile por primera vez en muchas décadas, asesinatos políticos como por ejemplo del general Schneider y el de Edmundo Pérez Zujovic que fue ministro del interior de Eduardo Frei Montalva. Ahí terminamos en muertes, muertes como la de Hernán Mery, a propósito de la reforma agraria con la violencia que se producía en los campos. En fin no tengo en la memoria todos los casos que hubo de asesinatos a los cuales llego la violencia”.
En sus palabras finales, Sergio Muñoz hizo un llamado a dejar el escepticismo reinante en país y a apostar por la esperanza. “Quiero apostar por la posibilidad de que los chilenos sigamos dialogando, sigamos escuchándonos. Necesitamos ponernos de acuerdo para enfrentar las muchas calamidades que se nos acumularon. Y si la historia nos puede ayudar a crear un mejor ambiente y entender que no podemos tropezar en las mismas piedras no podemos cometer los mismos errores del pasado para levantar a Chile ahora. Tenemos que levantarlo entre todos”.
Por su parte Mariana Aylwin finalizó haciendo un llamado a ser custodios de los valores democráticos. “En los países en los cuales fracasa la convivencia democrática son países que tienen mucho menos posibilidades de prosperar, avanzar, resolver los problemas de la gente, de ser más justos. Y podemos ver países como Cuba y Venezuela que han quedado estancados sino que deteriorados. Venezuela era el país más desarrollado de América Latina hace 20 años atrás. Y hoy está sumida en una crisis política y humanitaria de mayor envergadura”, resaltó.
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