Tercer conversatorio ciclo UP: Análisis Social del Gobierno de la Unidad Popular

  • El ciclo de conversatorio que analiza el Gobierno de la Unidad Popular incluyó un tercer encuentro realizado el sábado 29 de agosto, en el que expusieron el Ex Ministro de Estado, Ex Alcalde de Santiago, Ex Presidente FECH, Jaime Ravinet y el profesor titular de la Universidad de Santiago, Doctor en Políticas Públicas, Mauricio Olavarría, quienes desarrollaron un análisis social de dicha época. El foro virtual organizado por el Centro de Estudios Democracia y Progreso y el movimiento Progresismo con Progreso, se desarrolló en forma conjunta con El Dínamo y estuvo moderado por Ana Luz Durán, Decana Facultad Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián.

Con la idea de conocer y debatir acerca de cómo se configuraban los procesos de implementación de políticas sociales o públicas durante el gobierno de Salvador Allende, es que el Centro de Estudios Democracia y Progreso y el movimiento Progresismo con Progreso, organizaron un nuevo conversatorio dentro del ciclo abocado a analizar la etapa de la Unidad Popular entre 1970 y 1973.

Para conversar sobre el período, fueron invitados el Ex Ministro de Estado, Ex Alcalde de Santiago, Ex Presidente FECH, Jaime Ravinet y el profesor titular de la Universidad de Santiago, Doctor en Políticas Públicas, Mauricio Olavarría.

Este último, fue el primero en exponer, quien hizo un diagnóstico sobre la situación del país a 1970, su plan de acción y objetivos trazados, además de presentar los resultados que se obtuvieron hacia el final de esa experiencia política. La información compartida provino del documento titulado “Programa Básico del Gobierno de la Unidad Popular. Candidatura Presidencial de Salvador Allende”, texto que contiene las “Las primeras 40 medidas” que implementaría el gobierno de la UP, más información estadística disponible en organismos públicos nacionales e internacionales como de literatura académica.

En la primera parte de exposición, Olavarría señaló que el diagnóstico realizado por la UP, hacía que su planteamiento apuntara a la necesidad de superar la institucionalidad burguesa a través de la movilización organizada de masas que construiría desde la bases, una nueva estructura de poder. “Para la UP, en 1970 Chile se encontraba en una profunda crisis económica y social, que se expresaba en pobreza generalizada y postergaciones, en un déficit habitacional que la UP estimaba en más de 500 mil viviendas, alta inflación, exiguas pensiones. También reclamaba porque en los últimos quinquenios el crecimiento económico per cápita chileno había sido de solo 2% en promedio. Para ello planteaba la UP establecer una nueva Constitución política que crearía según la UP, una organización única del Estado donde, ojo, la asamblea del pueblo sería el órgano superior del poder. La asamblea popular, según la UP, era el organismo que iba a expresar nacionalmente la soberanía popular. Y respecto al poder judicial la UP planteaba, la creación de un Tribunal Supremo y reemplazar a la Corte Suprema, y por lo tanto establecer un Tribunal Supremo, que según ellos reemplazaría a la administración de justicia individualista y burguesa”. señaló.

El expositor agregó que una de las características en la acción del Gobierno de la Unidad Popular, fue el establecimiento de los Comités de la Unidad Popular (CUP). “El programa de la UP establecía que, en el gobierno de la UP, la acción del presidente de la república sería coordinada por un comité político integrado por todas las fuerzas de la coalición. El argumento central para establecer estos comités era que ellos no estaban eligiendo a un monarca sino a un mandatario del pueblo. Este esquema de los comités se replicó en toda la estructura de gobierno y en todo el territorio, en distintos ámbitos y con toda la densidad que ellos estimaban conveniente. Indudablemente que todo este entramado provocó efectos muy fuertes sobre la agilidad y efectividad de la acción del gobierno de la UP”.

Desde el punto de vista de la política social y de sus resultados, el programa inicial – que eran las 40 medidas – se configuró considerando un conjunto de aspectos referidos a la distribución del ingreso, a la seguridad social y las pensiones, a la salud, educación y vivienda. “Ahora desde el punto de vistas de las políticas de remuneraciones, es interesante señalar el primer acuerdo que ellos establecieron con la centra única de trabajadores, la CUT de la época. El 7 de nov de 1970 el gobierno del presidente Allende junto a sus ministros del área económica y la CUT suscribieron un acuerdo de incremento de salarios que comenzaría a regir en 1971. El objetivo que ellos declaraban para esta medida era recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores afectados por la inflación y de esa manera recuperar la economía y distribuir el ingreso”.

Esta iniciativa se enmarcaba en el diagnóstico de crisis que la UP había planteado en la campaña presidencial, señaló. Así entonces – planteó – se estableció en un reajuste de remuneraciones para los sectores públicos y privados y que incluía lo siguiente: Un incremento del 66.7 % de los salarios mínimos; reajuste de acuerdo al IPC más un porcentaje adicional entre 3 y 5% a las remuneraciones menores y solo el IPC a las remuneraciones mayores. Incremento de las asignaciones familiares; un incremento de asignación de alimentación para determinado segmento de empleados públicos y un incremento de las pensiones y jubilaciones del Servicio del Seguro Social equivalente al reajuste de los salarios mínimos, es decir, un 66.7% de reajuste. “Pero más allá de estas iniciativas lo que en los hechos ocurrió fue una alta inflación y un desabastecimiento que propicio la aparición del mercado negro. Estos hechos anularon efectos que estas medidas podrían haber tenido sobre el bienestar de la población”, indicó.

Sólo para ejemplificar con cifras, agregó que, según el Banco Central, la inflación de 1971 fue de 22.1 %, de 166.4% de 1972 y de 508.1% en 1973. “Otros estudios señalan incluso más altos niveles de inflación de alrededor de 700% y en este plano los perjudicados fueron los más pobres, porque aun cuando el incremento que se otorgó, éstos difícilmente podían acceder al mercado negro. Así entones, las colas, el racionamiento y la aparición de las Juntas de Abastecimiento y Precio, las famosas JAP de la época, surgieron como el paisaje normal del Chile de la UP”.

Mauricio Olavarría señala que las JAP – que en algunos casos se denominaron como CAP, es decir Comité de abastecimiento popular – fueron organizaciones vecinales que se estructuraron por grupo en las unidades vecinales, por grupos que conformaban la UP para afrontar el desabastecimiento. “Surgieron inicialmente a fines de 1971 de un modo informal y fueron legalizadas por un decreto supremo del presidente de la república en abril de 1972. La JAP actuaban en los barrios, en las poblaciones, en las villas y en los campamentos, inscribiendo a los vecinos, organizado el racionamiento y controlando el comercio para que actuara de acuerdo a los lineamientos de la UP. Para el presidente Allende, las JAP eran organismos de poder popular en colaboración con el gobierno de la UP, que tenían atribuciones para actuar y que eran organismos de representación y de vinculación de las autoridades con las comunidades. Y era común ver también que los dirigentes de la JAP tenían bastante bien abastecimiento y no era infrecuente en reiterados casos, verlos también participar en el mercado negro como oferentes”.

El efecto de esta política de remuneraciones sobre los niveles de pobreza y distribución del ingreso se observan en el siguiente gráfico:

Fuente: Le Fort, 2017: 37

“Desafortunadamente no hay datos por año para el periodo de la UP y solo se ha podido acceder a datos por quinquenio. El gráfico muestra que la distribución del ingreso, medido por el coeficiente de Gini, se redujo levemente en el periodo 1970-1975, entre 0,51 y 0,50, donde, presumiblemente la política de remuneraciones de la UP tuvo un efecto importante. No obstante, el gráfico también muestra que los niveles de pobreza extrema se mantuvieron en niveles altos por sobre el 42% de la población, lo mismo que ocurrió con la pobreza que se mantuvo levemente por sobre el 62% de la población”, indicó el expositor.

Mauricio Olavarría agregó que los datos que presenta Le Fort coinciden con otros estudios sobre desigualdad en Chile. “En un análisis de la distribución de ingresos del mercado laboral de Santiago, entre 1957 y 1997, Ruiz Tagle muestra que hay una caída de la desigualdad entre 1971 y 1972, que el Gini se mantiene estable entre 1972 y 1973, que hay una leve reducción hasta 1974 y que a partir de ese año hay un pronunciado incremento”.

En el gráfico de Ruiz-Tagle se ve que las reducciones de la desigualdad se venían observando desde 1967. El gráfico de Le Fort muestra que las reducciones del Coeficiente de Gini se dan ya desde más o menos 1965.

Fuente: Ruiz-Tagle, 1998: 13 (EEE: Equivalencias por Economías de Escala)

Al observar estos números, la pregunta acerca del contraste entre esa situación y la situación de pobreza y desigualdad actual surge de manera natural. Véase, por ejemplo, los niveles de pobreza e indigencia entre fines de la década de 1980 y mediados de la de 2010.

Pobreza en Chile: 1987 – 2017
Nuevo Método
Serie Comparable Recálculo CBA de Mayor Valor
Año Pobres Pobres No Indigentes Indigentes Pobreza Total Indigentes Pobreza Total Pobres No Indigentes Indigentes Pobreza Multidimensional
1987 45,1 27,7 17,4
1990 38,6 25,7 12,9
1992 32,6 23,8 8,8
1994 27,6 20 7,6
1996 23,2 17,5 5,7
1998 21,7 16,1 5,6
2000 20,2 14,6 5,6
2003 18,7 14 4,7
2006 13,7 10,5 3,2 13,7 3,2 29,1 16,5 12,6
2009 15,1 11,4 3,7 11,4 3,6 25,3 15,4 9,9 27,5
2011 14,4 11,6 2,8 10,9 3,1 22,2 14,1 8,1 24,3
2013 7,8 2,5 14,4 9,9 4,5 20,4
2015 11,7 8,1 3,5 19,1
2017 8,6 6,3 2,3 18,6

Fuente: CASEN

Asimismo, también es conveniente tener presente las estimaciones de desigualdad actuales. El Banco Mundial reporta estimaciones del Coeficiente Gini de Chile para los años que se indican

1987: 0,562

1990: 0,572

1992: 0,548

1994: 0,564

1996: 0,549

1998: 0,555

2000: 0,528

2003: 0,515

2006: 0,473

2009: 0,470

2011: 0,460

2013: 0,458

2015: 0,444

2017: 0,444

Fuente: Banco Mundial

Si se consideran otros indicadores, en vez de centrarse exclusivamente en el Coeficiente de Gini, las reducciones que se observan son más pronunciadas.

Chile: Reducción de Desigualdad según Indicadores, 1987 – 2006

Ingreso autónomo del hogar per cápita Ingreso total del hogar per cápita Ingreso autónomo del hogar Ingreso total del hogar
Coef. Gini 7,07% 8,88% 5,95% 7,77%
Atkinson 0,5 12,29% 15,80% 10,05% 13,75%
Atkinson 1 11,83% 15,26% 9,75% 13,65%
Atkinson 2 29,99% 35,35% 29,09% 35,52%
Entr Gralzda 15,62% 19,73% 12,60% 17,28%
Theil 11,40% 14,95% 9,33% 12,78%

Fuente: Olavarría, 2012: 40

Desde el punto de vista de la Seguridad Social y Pensiones, el Programa de la UP se proponía unificar, mejorar y extender el sistema de seguridad social. “En este plano, solo es posible constatar el incremento de 1971 en las pensiones de los afiliados al Servicio de Seguro Social, la antigua caja del seguro obrero inaugurada en 1924. Pero no hubo acciones tendientes a unificar, mejorar y extender el sistema de seguridad social. Los intentos de reformas fueron hechos en los gobiernos de los presidentes Ibáñez, Alessandri Rodríguez y Frei Montalva, todos los cuales no lograron los apoyos necesarios en el Congreso. Estos 3 proyectos de reforma de pensiones no lograron los acuerdos suficientes en el congreso y por consecuencia no pudieron ir adelante y el gobierno del presidente Allende no generó iniciativas de reforma”, señaló.

Para el orador, los problemas que reiteradamente mencionaban los informes en que se sustentaban los proyectos de reforma eran los siguientes:

  • Alto costo para el Estado de la seguridad social. Hacia fines de la década de 1960 el 30% del gasto en pensiones debía ser aportado por el presupuesto público.
  • Cambios demográficos que afectaron la relación entre trabajadores activos y pasivos. Según datos de la Superintendencia de Pensiones de principios de la década de 1990 y del proyecto de reforma presentado por el gobierno del Presidente Frei Montalva, a 1960 había 10,8 trabajadores activos por jubilado, en 1968 eran 4 activos por cada pasivo y a fines de la década de 1970 habían 2,2 trabajadores activos por cada jubilado.
  • Ineficiencia administrativa: costo administrativo era de 10% a mediados de la década de 1950 y de 13% hacia fines de la década de 1960, frente al 2,9% de Dinamarca, 2,8% de Francia, 2,2% de Suecia.
  • Préstamos que hacían las cajas a tasas de interés negativo, los que iban normalmente a los sectores más acomodados.
  • Multiplicidad de Cajas y Regímenes Previsionales: el número de Cajas de Previsión fue variable desde el inicio del sistema en 1924. Hacia la década de 1970 habían alrededor de 40 Cajas y más de 100 regímenes previsionales distintos. 3 Cajas concentraban el 95 de los trabajadores: el Servicio del Seguro Social, la Caja de Empleados Públicos y Periodistas, y la Caja de Empleados Particulares.
  • Inequidad del sistema: muy bajas pensiones para obreros y sectores pobres y generosas pensiones para los que tenían influencia política (los más acomodados). Por ejemplo:
    • Los obreros solo podían jubilar por edad y con esmirriadas pensiones
    • Los empleados públicos por tiempo servido: 30 años y luego con un mínimo de 20 años de contribuciones.
    • La pensión de los empleados públicos podía calcularse según si:
      • Estaban en el tope del escalafón respectivo (última remuneración imponible)
      • Promedio de las 36 últimas remuneraciones imponibles
      • Perseguidoras
    • Los parlamentarios podían jubilar con 15 años de servicio
  • Tb era recurrente Desvalorización y bajas pensiones. Por ejemplo, aunque en 1971 hubo el incremento en las pensiones del Servicio de Seguro Social mencionado, José Pablo Arellano muestra que en 1973 el valor promedio de las pensiones del SSS era menos de la mitad de su valor de 1971. Lo mismo ocurrió con la pensión mínima de vejez y otras pensiones (p.79).
  • Necesidad de aumentar la edad de jubilación.

Aunque estos temas eran acuciantes y estaban en el debate público desde la década de 1950, el gobierno de la UP no intervino en ellos, no unificó el sistema y no resolvió los problemas de abierta inequidad que tenía el sistema de pensiones de reparto”, sentenció.

Desde el punto de vista de la Salud, el objetivo que planteaba el Programa de la UP era ´asegurar la atención médica y dental, preventiva y curativa a todos los chilenos´. “Sobre ello, hay que señalar que la medicina preventiva es una acción se desarrolla ya de manera oficial en Chile desde 1938, con la ley 6.174 de medicina preventiva y la ley 6.236 Madre e Hijo, que en 1942 se crea el SERMENA orientado a dar prestaciones de salud preventiva a empleados públicos y particulares, que en 1952 se crea el Servicio Nacional de Salud orientado a dar atención de salud preventiva y curativa a obreros y otros segmentos de la población, que en 1968 se reforma SERMENA para dar prestaciones de medicina curativa a empleados bajo la modalidad de libre elección. Estos diseños significaron ampliación de la cobertura y mejoras paulatina en el estado de salud de la población, particularmente desde la década de 1950, tendencia que se mantuvo durante el gobierno de la UP y después. En todo caso, aún con las mejoras que se fueron obteniendo hasta la primera parte de la década de 1970, el estado de salud de la población mostraba notorias carencias”

Una iniciativa emblemática de la UP fue el Medio Litro de Leche como ración diaria a todos los niños de Chile. “Respecto de la distribución de leche, es necesario mencionar que esa es una práctica que se inicia en 1911 en Chile, con el Programa Gotas de Leche, impulsado por los médicos Manuel Camilo Vial y Luis Calvo Mackenna, entre otros, como iniciativa privada en la que se entregaba leche a las madres y niños en necesidad. Luego, a través del Seguro Obligatorio y de la Ley Madre e Hijo de 1938 se estableció el derecho a recibir leche y complementos alimentarios a las madres y niños menores de 2 años. Adicionalmente, en 1954 se crea el Programa Nacional de Alimentación Complementaria que existe hasta hoy, con las adecuaciones que ha ido teniendo a través del tiempo, y cuya finalidad ha sido mejorar el estado nutricional de la población”.

En materia de Educación, un proyecto central de la UP en el ámbito educativo fue la Escuela Nacional Unificada (ENU). “La ENU se planteaba como ´un sistema nacional para la educación permanente en una sociedad de transición al socialismo´. Así se titulaba el primer capítulo del informe del Ministerio de Educación, de enero de 1973, que describe el proyecto. El mismo documento exponía que el proyecto se basaba en una ´perspectiva estratégica que presuponía … la construcción de una sociedad socialista´. Planteaba un ´sistema de educación permanente, como una educación de masas, por las masas y para las masas, en una sociedad como la socialista´”, expuso.

Y agregó que este proyecto generó un fuerte, extendido y profundo conflicto en la época. “La FEUC lo catalogó como ´ENU: el control de las conciencias´, que fue el título del informe que la FEUC, con apoyo de profesores de la Universidad, publicó en Abril de 1973. La Iglesia Católica señaló que ´no vemos destacados en parte alguna los valores humanos y cristianos que forman parte del patrimonio espiritual de Chile´. La Federación de Estudiantes Secundarios (FESES) fue férrea opositora al proyecto. Los partidos de oposición se refirieron a la propuesta como un ´inminente lavado de cerebro´, ´adoctrinamiento socialista-comunista y de la lucha de clases´ y un ´ataque a la libertad de conciencia, de educación y religiosa´”, destacó.

En el ámbito de la Educación Superior, Olavarría indicó que, si bien el gobierno de la UP se planteaba un incremento de la cobertura, hacia la primera década de 1970 las personas que estudiaban eran alrededor de 78 mil personas. “Algo se implementó en la UP y lo que hoy tenemos es, según datos del MINEDUC, que en 2020 hay 1.151.727 alumnos matriculados en la educación superior de pregrado”.

Quintiles de Ingreso Años
1990 2017*
I 4,4 42,1
II 7,7 47,7
III 12,4 50,0
IV 22,0 57,7
V 40,7 86,9
Total 16,2 53,5

Fuente: CASEN 1990 y 2017 (Tasa Bruta)

Desde el punto de vista de la vivienda, el expositor señaló que la Unidad popular estimaba que el déficit habitacional a 1970 era de 592.324 viviendas (MINVU). Otros estudios hablan de alrededor de 400.000. Sin embargo, plantea que no hay datos muy certeros del déficit de viviendas al término de la UP. “Las estimaciones de déficit habitacional al término de la UP tienen dificultades. Sin embargo, el aumento poblacional y de hogares, la migración campo-ciudad, el incremento de las tomas durante la UP, escasez de recursos y las construcciones de viviendas por debajo de lo proyectado y requerido sugieren que el déficit habitacional se incrementó en ese periodo. Paralelamente, las tomas de terreno se incrementaron de menos de 10 al año en 1968 a más de 220 en 1970. Ello llevó al presidente Allende a proponer una ley que detuviera las tomas ilegales de terreno. Dado eses antecedentes es dudoso que en el gobierno de la Up se haya disminuido el déficit habitacional y más bien lo que los datos insinúan es que se incrementó”.

Al final de esta primera parte, Olavarría, presentó algunas conclusiones:

  1. Aunque los indicadores sociales de Chile venían mostrando un lento y paulatino progreso, la UP planteo un diagnóstico de extensa y profunda crisis social en Chile, pero al término de su gobierno los indicadores sociales no muestran mejoras y la convivencia social muestra un amplio y profundo deterioro.
  2. La UP mostró voluntarismo y baja capacidad técnica-racional para diseñar políticas sociales sobre bases ciertas y luego organizar los aparatos de implementación de ellas. El diseño político de la acción de gobierno de la UP afectó sensiblemente la efectividad de la actuación del aparato administrativo, donde las decisiones que se tomaban finalmente no solo eran tardías e insuficientes, sino que no resolvían los problemas o los agravaban.

En la ronda de preguntas, Mauricio Olavarría señala que una conclusión de la herencia de la UP. “La herencia del gobierno de la UP fueron los 17 años de dictadura que luego siguieron”.

Consultado sobre qué rescataría de algunas de sus propuestas de políticas sociales de la UP para nuestros días, indicó que necesidad de poder compatibilizar el desarrollo social con el económico. “Es decir, el desarrollo económico nos provee los recursos para efectuar determinadas políticas sociales que mejoren el bienestar de la población. Pero es el desarrollo social a través de políticas sociales que permite cohesión social, mayores y mejores niveles de equidad, una población más educada y saludable, desarrollo y capacidades para que los ciudadanos puedan aprovechar las oportunidades que genera el crecimiento económico, todo lo cual genera estabilidad que es la condición básica para que el sistema económico pueda generar prosperidad para todos”.

En cuanto a ¿por qué no se pudo sostener el avance social que se había logrado en 1971? Mauricio Olavarría se refiere a la alta inflación, exceso de demanda y de una oferta que no capaz de responder, con consecuente fijación de precios por debajo de costos de producción. “Esto no generó estímulos para los productores y en consecuencia apareció el mercado negro y los racionamientos a cargo de la JAP. Y eso genero un clima de insatisfacción muy fuerte y profundo”.

Olavarría en base a la experiencia del gobierno de la UP y sus sistema amarrado a los CUP,  reflexionó acerca de la necesidad de modernizar el Estado y la administración pública, de tal modo de mejorar los niveles de eficacia y de eficiencia. “Cuando digo modernizar el Estado y la administración pública, no se trata de agrandar el tamaño del Estado sino de hacerlo más efectivo, de tal modo de mejorar los canales de acceso de bienestar para la población y eso implica, reducir la burocracia, simplificación de trámites, redefinición de reglamentos. En este plan es muy importante incluir la modernización tecnológica, pero también mejorar los procesos operativos y que los ciudadanos tengan una atención más pronta desde el Estado. Pero también necesitamos mejorar las capacidades del Estado, lo cual implica mejorar las capacidades regulatorias del Estado, incrementar sustantivamente los niveles de efectividad, responsabilidad y rendición de cuentas del poder judicial, disminuir la opacidad que hay en el poder judicial, modernizar la Contraloría General de la República, su mecanismo de rendición de cuentas, de transparencia; establecer un gobierno corporativo al interior de la CGR de modo tal que no dependa de la voluntad de una sola persona. Mejorar también la representatividad y funcionamiento del Congreso; establecer mecanismos de acceso y promoción a la administración pública de acuerdo al mérito y no a la influencia política. Esto es una situación que desafortunadamente ha estado presente durante toda la historia de Chile desde el siglo 19 en adelante, y sin duda que en la época de la UP esto se acentuó”.

Siguiendo con las presentaciones, el turno fue para Jaime Ravinet quien valoró este tipo de encuentros debido a la necesidad de que gran parte de la sociedad actual conozca cómo fue que se desarrollaron esos casi 3 años de la UP. “Particularmente porque el 75% o más no están conscientes políticamente de ese periodo. Hoy los que tenemos sobre 70 años vivimos de alguna manera ese periodo y lo que veo con peligro es, que jóvenes y adultos jóvenes tienden a idealizar lo que pasó en ese entonces sin conocer las vivencias y efectos que eso generó. Y eso es extraordinariamente peligroso, porque hoy día Salvador Allende es como el che Guevara, una figura romántica, fantástica que fue un gran hacedor para la justicia social, pero no se dan cuenta de todos los problemas que significó para Chile ese gobierno. Así así que me parece muy importante que se discuta y se converse particularmente para no repetir la historia, y muy particularmente cuando vemos además signos de violencia, intolerancia y sectarismo, la ausencia de un gobierno que mantenga el orden público y el estado de derecho”.

Su exposición estuvo centrada desde la mirada vivencial de un actor de la época. “Y ¿Qué pasaba en los años 60? En los años de Alessandri y de Frei, estábamos en plena guerra fría, en donde la discusión en el mundo era si venía el comunismo o predominaba el capitalismo encabezado por EEUU. Vino la revolución cubana, lo que fue un golpe a las dictaduras de América latina y que marco el entusiasmo, sueños, y ansias de cambio de la juventud y de gran parte de los intelectuales de esa época. De alguna manera también en Chile en los años 60, se consagró una división de tercios: la derecha, el centro con la DC y parte de los radicales y la izquierda con el otro tercio. Y eso significó que el tema se fue agudizando más desde el gobierno de Alessandri hasta llegar a las elecciones de 1964 donde sucede un fenómeno muy importante, a raíz de una elección complementaria. Allí la derecha decide retirar a su candidato y apoyar a Frei y se da en la práctica dos bandas, la derecha apoyando a Frei con la DC y la izquierda con Salvador Allende. Fue una campaña salvajemente dura donde la DC hizo un programa muy progresista con la revolución en libertad y la antítesis, lo que, desde el punto de vista publicitario, era el comunismo y la URSS. Al punto que la propaganda del año 64 era repetir el resultado del partido de futbol de Chile y de Rusia que se jugó en Arica y donde Chile ganó 2 a1. Entonces 2 era Frei que era Chile, y 1 Rusia que era Allende. O sea, fue una campaña salvajemente dura en esos términos y bastante sesgada. Y eso ¿que implicó? Marcó los ´70 y provocó la ruptura de la amistad cívica que tenía Salvador Allende con Frei. Y eso no se recuperó nunca y sirvió como una división que primó en los años 70”.

Así luego – relata – gana la revolución en libertad donde se inicia un programa de cambios importantes. “Pero ojo, sólo con la DC., que no pensó en buscar alianzas o coaliciones o consensos con los otros sectores. Y, por otro lado, la izquierda, especialmente los socialistas resentidos, anuncian formalmente al inicio del gobierno de Frei que le van a negar la sal y el agua. Y lo cumplieron. Estuvieron constantemente en oposición. Paralelamente Chile se va ideologizando en medio de una guerra fría mundial. O sea, había posiciones de derecha cerradas, una DC un tanto soberbia por estar en el gobierno y una izquierda que promovía el comunismo o socialismo”, cuenta.

Señala que en esa época surge además la violencia, particularmente en Concepción con la organización del MIR. “Que entra a jugar un rol extraordinariamente importante en términos de asaltos, atentados y de que alguna manera supera las posibilidades políticas del parlamento y de la democracia”.

Uno de los otros fenómenos relevantes en dicha época es la solicitud de la misma DC al presidente Frei de mayores signos de progresismo. “Ello particularmente influidos por ex becados en Europa que vienen con la idea de conciliar el cristianismo con el marxismo. Y surge el MAPU como una división de la DC que se concreta el año ´69. Y este movimiento, es el aglutinante entre los socialistas y comunistas – que no se llevaban bien en los ´60 – logrando generar las bases de la UP, donde su primera demostración son las elecciones universitarias del ´69 en la FECH”.

Jaime Ravinet, también hizo referencia al programa de la UP el cual, buscaba todo el poder, indicó. “Poder popular, saltándose la democracia burguesa, con ´con empanadas y vino tinto´, buscando generar la asamblea popular y el Tribunal supremo, que era una réplica de lo que había en Cuba y en la URSS”.

Así mismo hace alusión al proceso eleccionario de los años ´70 y las negociaciones para que finalmente Allende asuma la presidencial. “Lo primero que uno podría decir de la UP, es que surge un gobierno minoritario, con fuerte afán sectario, excluyente y que, habiendo podido buscar acuerdos con una DC en torno a un programa de cambios en Chile, prefirió embarcarse en su programa y, en otras palabras, imponer el socialismo en Chile apenas con el 36 o 37 % de los votos. En esa época Chile no era el país ultra capitalista. Frei lo había dejado con que el 40% del PIB estaba en manos del Estado. El cobre, el acero, el petróleo, la distribución de energía y hasta una empresa de computación era del Estado. O sea, había una participación del importante del Estado y frente a eso la idea de la UP era estatizar y nacionalizar prácticamente todo”

Así, prosiguió en su relato, viene el año ´71. “Al inicio del gobierno parte estatizando la banca a través de subterfugios de la Corfo, comprando acciones, además de un proceso de nacionalización extraordinariamente fuerte con resquicios legales. Bastaba que los trabajadores se tomaran una industria, la paralizaban y muchas veces contra el sindicato y obviamente contra los dueños. Venia un decreto de intervención, se nombraba el interventor, fuera los ejecutivos, los profesionales y surgía el CUP que comienza a manejar esa empresa con las ineficiencias”.

Además, una de las características es que el año ´71 fue un año de sobrecalentamiento de la economía. “Según las cifras, todo parecía andar fantástico, pero fue como consecuencia de una sobre emisión, de un recalentamiento de la economía, falta de inversión, lo que no era sustentable.  Y así empezaron los signos de violencia. Partimos en las calles donde cada uno de estos tres sectores organizaba sus brigadas y se jugaba ya no en la discusión sino con violencia y con palos. Nosotros los DC que éramos bastante pacíficos muchos tomamos clases de karate para poder defendernos en caso de agresiones. y eso fue generando un clima extraordinariamente complejo que termino el año ’71 con asesinatos”, comunicó como fue el de Edmundo Pérez Zujovic, figura emblemática de la DC.

A lo anterior se sumó un ambiente marcado por movilizaciones sociales, tomas, cacerolazos, enfrentamientos callejeros, censura de medios y represión, indicó. “Sin embargo, lo más complicado era la figura del presidente de la república, que era manejada por el CUP, quienes definían las líneas políticas y consecuentemente las tensiones que tuvimos. Ya se ha hablado de las cifras de inflación, de las caídas de inversión, de escases, pero lo más grave de todo era que las empresas, los asentamientos, todo era manejado por los CUP. Era un asambleísmo permanente donde se perdió eficiencia, se perdió el sentido de la producción, de generar bienes y servicios. Y dentro de la UP empieza a surgir una suerte de desconcierto, al punto que acuñan la frase: ´Este es un gobierno de mierda, pero es mi gobierno´. Había que seguir adelante cualquiera fuera el costo de ello”, relató.

El conflicto y no sólo era en la ciudad, sino que también llega a los campos y al sector agrícola. “Surgen conflictos muy fuertes entre la UP y la DC. ¿Qué pasa? Vienen tomas masivas, vienen expropiaciones y un intento de colectivización, pero ya no en torno al asentamiento campesino y parcela individual, sino a través de la creación los centros de reforma agraria que eran un conjunto de predios que pasaban a ser del estilo de estructuras soviéticas de los campos de los años ´20 con Lenin. Esto realmente era la estatización y el manejo sectario de quienes pertenecían al CUP y manejaban estos centros de reforma agraria. Lo que generó un conflicto con la organización social campesina que había regulado por ley el presidente Frei con la Confederación Triunfo Campesino”.

Adicionalmente en las empresas publicas y privadas empezó el desprecio a los profesionales a través del CUP. “Entonces hubo una fuga de profesionales y técnicos que significó bajar la producción, un ejemplo claro fue lo que pasó en Codelco en Chuquicamata y El Teniente”.

En su exposición, Jaime Ravinet comenta sobre el complicado ambiente sumido en desabastecimiento y el conflicto con los camioneros a raíz de los mecanismos propios implementados por la JAP para la distribución, que implicó excluirlos de los canales de venta. “Así llegamos al paro de octubre de 1972, lo cual a mi opinión fue el detonante de que ya no había solución política en Chile”.

En ese ambiente polarizado, el año ´73 se empezó a trabajar la renovación del parlamento. “Donde por distintas arbitrariedades legales se llegaron a constituir dos bloques. El CODE (Confederación de la Democracia) que fue la DC con la derecha y la UP por otro lado. Fue una campaña muy dura donde la oposición sacó el 55% y la UP el 44%. En mi opinión este resultado fue el punto de rompimiento de democracia formal por parte de la UP. Al día siguiente el slogan era Avanzar sin transar. O sea, lo que había votado el pueblo daba lo mismo y así perdieron todo poder democrático”.

Sumado a ello, todo se desarrollaba con un clima económico terrible, señaló. “Hemos recordado y que la inflación era entre el 500 y 700%. Piensen que un digito significa que ud. en perdía el 50% del valor del sueldo mes a mes. Pero si a ello le sumamos que el gobierno pierde todo pudor y empieza a desconocer los fallos judiciales, donde los ministros que amparaban esta ilegalidad eran acusados constitucionalmente, pero Allende los sacaba de una cartera y los ponía en otra. Se reía del parlamento”.

En este punto Ravinet se pregunta ¿qué rol jugaba el presidente Allende en esto? “La verdad es que un rol bien contradictorio. Yo creo que Allende fue una figura demócrata en Chile, fue parlamentario por muchos años, fue ministro de Estado y tenía un apego al sistema democrático. Adicionalmente yo no he visto nunca a un presidente con más sentido de la dignidad formal de su cargo. Sin embargo, creo que él quedó muy resentido con la campaña de Eduardo Frei del 64 y sintió que le habían jugado sucio. Por otro lado, en los ´60 empezó a influir fuertemente la revolución cubana y una organización Alas que fomentaba la guerrilla en América Latina, donde él fue presidente. Y diría que quizá lo mas fuerte en esta contradicción de Salvador Allende en que siendo presidente de la república se dejaba manejar por el CUP y además que en la casa tenía una hija, la más regalona, la Beatriz Allende, la Tati Allende que era persona muy cercana al MIR y hacia que el MIR tuviera contacto directo con él. O sea, me atrevería a decir que era una persona que, en su cargo, en su desempeño como presidente, fue una figura extraordinariamente contradictoria, con contradicciones vitales y que de alguna manera no supo encauzar una solución”.

Ravinet explica que según su punto de vista en Chile no hubo guerra civil, pero si un clima de enfrentamiento y de deterioro democrático muy grande. “Ya en agosto del 73, la cámara acuerda – después de muchas conversaciones y de negociaciones incluso impulsadas por la Iglesia con la presencia del don Patricio como presidente de la DC – una acusación al gobierno de haber violado la constitución y las leyes. Eso en mi opinión fue un detonante para lo que pasó después”.

En la ronda de preguntas fue consultado sobre ¿cuánto influyó en el fracaso de la UP la intervención norteamericana? “Yo creo que sin duda la influencia de EEUU está probado, puso plata en la campaña del ´70, puso plata en los paros y en los sindicatos, pero la verdad por mucho que pusiera plata y consejo, si no hubiese habido ese malestar, esa violencia, ese clima de enfrentamiento, no habríamos tenido golpe de estado. Verdaderamente hubo una influencia, pero no creo que haya sido decisiva. Lo que fue decisivo es que ud. no puede gobernar un país, cambiar el sistema político, económico y social con menos del 50% de la población. Eso requiere de grandes acuerdos, de hacer sustentable y gradual los cambios y Allende y la UP entendieron que esto era una carrera de 100 metros en vez de una maratón”, señaló.

Sobre qué recomendación daría para el futuro, considerando la experiencia y la coyuntura critica actual que estamos viviendo en Chile, señaló ser partidario de una nueva constitución. “No me gusta la idea de una convención porque para ser franco creo que será lo mismo que el parlamento de hoy. Entonces para que tener a dos entes conflictuando y no entregarle a un parlamento que apruebe una reforma constitucional que sea plebiscitada. Incluso más, si hay diferencias por ejemplo de un sistema presidencial o semi que la ciudadanía vote porque sistema político quiere”.

Así mismo, quiso transmitir a quienes no vivieron esa época, especialmente a los más jóvenes, sobre la importancia de este tipo de encuentros y el hacer memoria de la historia a través del estudio. “Lo más significativo de todo es que se estudie la historia. Pero particularmente una gran falla de los gobiernos del año ´90 hasta a la fecha, ha sido el no incorporar en forma seria la educación cívica en nuestra educación escolar, porque eso moldea a los jóvenes en termino de que es una constitución, para que sirve el parlamento, el poder judicial, que es el Banco Central. Creo que hemos cometido una falla brutal y eso lo estamos pagando por jóvenes que pueden ir a tirar piedras porque no votan para elegir a su federación de estudiantes, no sienten ni el mínimo compromiso. Esos que andan tirando piedras creo que no votaran ni en el plebiscito ni en las próximas elecciones. No tienen cultura cívica”.

En la parte final, ambos expositores recibieron la misma pregunta sobre si consideraban que el mundo cultural chileno ha mostrado una imagen idealizada de la UP y de Allende y de cómo influye la cultura para que los más jóvenes puedan tener una mirada más ponderada de estos eventos.

Mauricio Olavarría, compartió que el mundo cultural y buena parte del ámbito intelectual, de educación e historiadores, han tendido a idealizar el régimen de la UP y al presidente Allende. “Entonces estos ámbitos han tenido éxito en reescribir la historia. Es decir, han mostrado una fase muy idealizada de lo que ocurrió durante la UP. Algunos trabajos de algunos muy queridos colegas míos, muestran una imagen muy idealizada de la UP, muy centrada en anécdotas y en experiencias, lo cual entregan un relato como un gento heroico, pero la evidencia más concreta nos muestra que fue una experiencia fracasada, en que efectivamente los niveles de bienestar de la población luego de terminado el periodo de la UP fueron peores de los que tenían a 1970, es decir a los inicios del gobierno de la UP y sin nombrar siquiera los niveles de conflictividad social que había en la época. Entonces aquí lo que hay que generar, y acá el centro de estudios Democracia y Progreso está haciendo su contribución, es generar una discusión y debate más de corte intelectual respecto a que nos muestra la evidencia respecto al desarrollo de la historia de nuestro país. Creo que desde los ámbitos intelectuales ha habido una modorra, una incapacidad y un temor también a hablar francamente de lo que fue el gobierno de la UP y la experiencia fracasada de lo que ocurrió”.

Por su parte, Jaime Ravinet señaló que lo natural en las sociedades occidentales, es que el mundo cultural y artístico sean mas bien de izquierda, contestatarios y alternativos. “Y curiosamente artistas y la gente de izquierda se da en las sociedades occidentales, porque en las sociedades que fueron socialismos reales como la URSS y Cuba, es apoyo a la cultura es un apoyo dirigido, es decir es una cultura que debe estar dentro de los conceptos socialistas y marxistas. En segundo lugar, yo creo que Salvador Allende si le dio mucha importancia a la cultura en su gobierno, creo que hubo una manipulación dogmática y sectaria en algunas esferas, pero él apoyó bastante la cultura y una de las grandes iniciativas fue ese Museo de la Solidaridad. Y eso sin duda, marca y significa un apoyo. De alguna manera siento que el mundo cultural tiene que tener una expresión libre y está bien que expresen sus ideas políticas y que de alguna manera vivan ese romanticismo idealizado de lo que fue la UP. Siendo el rol de los políticos, de los educadores y de la gente que esta apegada a la historia, la encargada de demostrar lo que decía Mauricio, de contar de que si bien se pudo haber tenido muy buenas intenciones, el resultado fue un fracaso y terminó y condujo a Chile a una dictadura”.

Vea video completo de las exposiciones acá

Dejar un comentario

Grandes Humanistas

Works with AZEXO page builder